Garganta Galín Gómez. Ávila.


Siguiendo con el barranqueo de verano, el pasado 23Jul estábamos a las 7 de la mañana Cameo y yo embarcados en coche desde Cercedilla rumbo al pueblo de Nava del Barco, en las estribaciones de Gredos. Mientras cruzamos el Puerto de Somosierra el día está gris y nos llueve a ratos, parece que no estamos de suerte…

Nuestro objetivo era acercarnos a bajar en el día la «Garganta de Galín Gómez» o Barranco de la Nava. Uno de los más disfrutones cañones del Sistema Central desde que lo abriera el GREIM de la Guardia Civil hace unos años.

La Garganta de Galín Gómez comienza en la Laguna de la Nava, a casi 2.000 m. de altura. Desde ese circo alpino se abre paso saltando en más de veinte cascadas y resaltes por entre cortados de granito hasta llegar a un monolito coronado con una cruz, que marca la entrada a una zona más mansa de prados ganaderos.
Allí sigue camino entre los chozos pastoriles hasta unirse a las aguas que bajan de su hermana la Laguna del barco. Juntas ya, seguirán bajando hacia Nava del Barco.

Ya solo el llegar allí es una bonita excursión por las Sierras de Ávila, pasando Piedrahíta y Barco de Ávila. Desde allí, llegamos al diminuto pueblo serrano de Nava del Barco. Estamos casi en la cabecera del famoso Valle del Jerte.
Apenas 1 km tras cruzar el pueblo vemos un crucero de piedra y un cartel indicador de la ruta. Podemos aparcar aquí el coche o seguir por la pista, optamos por esto.

Seguimos siempre la pista principal, y acabamos en un puente vestido de madera y con una cartela. De allí subimos un ancho camino para entrar en la Garganta tras pasar una vieja cancela verde de hierro.
Siempre por la margen izquierda del cauce y marcado por enormes hitos, el camino avanza entre las vacas avileñas buscando las cimas graníticas que enmarcan la Laguna. El último tramo es un bonito sendero empedrado que sube fuerte entre riscos, siempre bordeando el barranco y permitiendo estudiar bien el caudal y los pasos.


Por fin, tras un par de horas de aproximación llegamos a la cabecera del primer rapel. No llueve ya, y aunque todavía alterna sol y nubes no hay duda que nos vamos a meter a por el descenso. Las instalaciones son todas muy potentes, y se aprecia que se han reinstalado muchos anclajes esta misma temporada pues el acero aún refulge al sol.
Además, este es un barranco con innumerables escapes caso de torcerse las cosas.

Ante nosotros, un repertorio de rapeles y resaltes muy disfrutones: Soleados, bien anclados y de dificultad moderada. Podemos resumir la parte técnica así:


Rappel 1: 10m
Rappel 2: 3m
Resaltes destrepables: 15m / 5m
Rappel 3: 25m
Rappel 4: 25m
Rappel 5: 25m
Resaltes destrepables: 3m / 3m
Rampa destrepable 25m
Rappel 6: 12m
Rappel 7: 12m
Rappel 8: 25m (Bajo cascada)
Resaltes destrepables: 3m / 4m / 5m
Rappel 9: 25m
Varios saltos son practicables,
siempre con las precauciones debidas.

En fin, nosotros bajamos disfrutando a conciencia los rapeles, destrepes y saltos. Y además, con un sol de lujo para compensarnos de las lluvias tempraneras.
Más de 3 horas estuvimos barranqueando antes de salirnos por fin del cauce prácticamente ya de vuelta en el monolito.

Bajamos de paseo hasta el coche, para terminar con un ultimo chapuzón en las frías aguas de la Acequia de Galín Gómez antes de embarcanos de vuelta a Cercedilla.
Llegamos de vuelta a casa casi catorce horas despues de salir, los dos con una gran sonrisa en la cara y con ganas de volver pronto a visitar a Galín de nuevo.